El modelo de economía lineal tiene los días contados: extraer, producir, consumir y desechar. Se trata de un formato que fomenta la escasez de recursos y afecta considerablemente a la contaminación ambiental. Ante esta necesidad de cambio surge la Economía Circular.
La economía circular es un modelo sostenible, que se preocupa por la disponibilidad futura de recursos y el medioambiente.
Veamos qué es exactamente y cómo puede aplicarse en tu empresa.
¿Qué es la economía circular?
Básicamente, con este modelo de economía, el ciclo del producto es circular, es decir, se sigue usando el mayor tiempo posible. En lugar de desecharse, se reutiliza de alguna forma, reduciendo así la cantidad de residuos generados y el impacto ambiental.
En lugar de desechar un producto cuando “acabamos de usarlo” optamos por reutilizarlo, repararlo o reciclarlo. Como en la naturaleza, que nada se desperdicie, sino que se transforme. (¿Recuerdas ese “ciclo sin fin” de El Rey León?)
Esto, además de clara ventaja ambiental, también beneficia a las empresas: ahorras recursos, puedes innovar en tus procesos y atraerás a consumidores conscientes (ojo, cada vez son más ¿no querrás perder ese público?).
Principios básicos de la economía circular
Como decíamos, los principios de la economía circular son las 3R: reducir, reciclar y reutilizar. Aunque seguro que sabéis a qué nos referimos, expliquemos cada “R”:
- Reducir: Antes de hacer una nueva compra, piensa, ¿necesito esto realmente? Sustituir constantemente los productos solo contribuye a la acumulación de desechos. Si en lugar de comprar un nuevo bolso, reparas la cremallera del anterior, ya has colaborado un poco con esta economía circular. No siempre es posible, por eso, cuestiona cada compra.
- Reciclar: Esto nos permite poder dar una nueva vida a materias primas, piezas y casi todo lo que puedas imaginar. Que puedan empezar un nuevo ciclo.
- Reutilizar: Aquí se trata de buscar algún uso extra a los productos en lugar de desecharlos. Algo que seguro que has hecho, coger el bote de cristal de las conservas para guardar otros alimentos. Pues enhorabuena, ya estás colaborando. Y recuerda, cuando no lo quieras, recíclalo.
Muchos han añadido nuevos principios como “regenerar” o “repara” que hace referencia a lo que decíamos en el primer punto. Antes de tirarlo, intenta arreglarlo. Otro sería “rot” (compostar en español), es decir, convierte tus residuos orgánicos en abono o biocombustible.
Todo esto puede aplicarse en las economías domésticas y en las empresas. Busca como hacer que funcione y hazte muchas preguntas.
¡Aplica la economía circular en tu empresa!
No tienes que hacer un cambio radical para que la economía circular sea parte de tu empresa. Puedes ir haciendo pequeños cambios.
- Elige packaging sostenibles (reciclados, reciclables o compostables)
- Reutiliza materiales dentro de tu empresa. Analiza si puede tener una segunda vida
- Algunas compañías incluso convierten sus desechos en nuevas materias primas para otros, ya que un residuo puede ser el recurso de otra empresa.
- Educa y motiva a tu equipo. ¡Crea conciencia!
- Mide tu impacto ambiental e intenta mejorar siempre
El futuro empresarial es sostenible
Ser sostenible ya no es una opción, sino una necesidad y, sobre todo, una oportunidad. Los consumidores valoran muy positivamente a las marcas que se muestran comprometidas con un futuro sostenible.
Además, dentro de no mucho tiempo, optar por prácticas de producción responsables no será una decisión, sino una obligación, así que ¿Por qué no anticiparse?
Las empresas que optan por una economía circular no solo reducen su impacto ambiental, sino que también ganan reputación, eficiencia y resiliencia frente a los desafíos que nos plantea el futuro.
En papelconsemillas.com creemos que cada acción, cada decisión, tiene un gran impacto. Si ahora mismo puedes hacer un pequeño cambio en tu proceso productivo, hazlo. Cuando puedas cambiar otra cosa, hazlo. Simplemente, ve poco a poco, pero sigue el camino.
